CARTA PASTORAL DEL ADMINISTRADOR
El arzobispo Primado, monseñor José Rubén García Matíz explica, mediante una carta pastoral, el nuevo plan
pastoral de la Iglesia resume sus prioridades en dos: 1) Orientar y animar a las diversas comunidades cristianas a la participación, acogida, la práctica de
la fraternidad y al crecimiento en la fe.
2) En practicar escrupulosamente la coherencia entre la fe y la vida como testimonio evangelizador para el
hombre de nuestra Propia Misión.
Carta Pastoral de Monseñor:
Nuestra Iglesia particular se debe impulsar un nuevo plan de pastoral.
¿En qué consiste? ¿Qué contenido ofrece?
A estos dos interrogantes quisiera responder en este prólogo, por así decir, de nuestro Plan de Pastoral.
Como lo expresara un Jerarca de la Iglesia, un plan de pastoral no consiste en inventar un nuevo programa de evangelización, pues este programa ya existe, es uno,
único, y es inmutable.
“Dicho con palabras del Papa Beato, el programa de evangelización “es el de siempre, el recogido por el Evangelio y
por la Tradición viva. Se centra, en definitiva, en Cristo mismo, al que hay que conocer, amar e imitar, para vivir en él la vida trinitaria y transformar con él
la historia hasta su perfeccionamiento en la Jerusalén celeste. Es un programa que no cambia al variar los tiempos y las culturas”
Pero entonces, si el programa de la evangelización se nos ha dado y si éste es uno e inmutable, ¿para qué un plan de pastoral?
Aunque el programa evangelizador tenga un contenido fijado a priori por la misma Revelación y, por tanto, no sea susceptible de cambio, tal programa tiene muy en
cuenta el tiempo y la cultura en donde ha de aplicarse como nos ocurre en la Ciudad de Cúcuta, y demás sitios colindantes en nuestras barriadas donde el Ser Humano
esta habido de nuestra ayuda, de nuestro ejemplo y de la verdadera vivencia del evangelio que es la Palabra de Dios .
Por eso, el mismo programa se ve obligado a buscar una reingeniería, a dar nuevas orientaciones pastorales adecuadas a
las condiciones de cada Misión donde nos desempeñamos como Presbíteros. De ahí que es necesario que el Evangelio como el único programa siga introduciéndose en la
historia de cada comunidad eclesial, como siempre se ha hecho.
También es justo, que en cada Iglesia local en donde pueden establecerse aquellas indicaciones programáticas
concretas, plateando objetivos y métodos concretos de trabajo, de formación y de valoración de los agentes y la búsqueda de los medios necesarios que nos permitan
anunciar al Señor Jesucristo buscando siempre que llegue a todas las personas, modele y modere las comunidades e incida profundamente mediante el testimonio de los
valores evangélicos en la sociedad y en la cultura.
En resumen, puesto que el programa plasmado en el evangelio, aun siendo único y de contenido inalterable, debe tener
en cuenta la circunstancia espacio, modo y tiempol en la que aquél se explana y realiza, se impone como necesario el plan de pastoral.
No se trata de sustituir la pastoral ordinaria, en la que se expresa y plasma el programa evangelizador, sino para
hacer que la pastoral ordinaria llegue mejor y más puntualmente a sus destinatarios.
En lo que se refiere a nuestra Iglesia Antigua en Colombia, Viejos católicos 1870 en general y en especial la iglesia particular de María Conciliadora, los planes
pastorales de estos tiempos deben estar marcados como guías vertebrales: La Santa comunión y la Propia misión a la que nos hemos comprometido mostrando siempre la
plena identidad, sin engaños y sin buscar solo el beneficio personal.
Recordemos que la Misión no la podemos llevar en un maletín, como jocosamente se dice que aquel lleva la Parroquia en
su maletín.
Nuestro plan de pastoral nos ofrece unas prioridades, unos objetivos y unas propuestas operativas bien claras.
Nuestras prioridades pastorales son obviamente las señaladas para todo plan de pastoral, a saber: la prosecución de la santidad o triunfo del amor y de la verdad
de Cristo en la Iglesia Antigua en Colombia – Viejos católicos 1870 y en la iglesia particular de la Región de María Conciliadora, en todos y cada uno de sus
miembros; el cuidado esmerado de la oración ; el velar por la participación en la Eucaristía dominical ; la llamada constante al sacramento de la Reconciliación ;
en general en la instrucción de todos los sacramentos instituidos por el Señor y en la predicación del Presbíteros y la escucha de la Palabra de Dios por parte de
nuestros próximos; todo manifestado en la vida cristiana, como elemento interno de la santidad, del anuncio de la Palabra divina
En nuestro plan de pastoral, nuestras comunidades cristianas se las debe guiar hacia la participación, la acogida, la práctica de la fraternidad y al crecimiento
en la fe; y en practicar escrupulosamente la coherencia entre la fe y la vida como testimonio evangelizador para el hombre de hoy.
En lo que se refiere a los objetivos, son éstos los siguientes: 1) fortalecer la experiencia personal de Dios a través de la experiencia de la fe de la
Iglesia;2)crecer en el compromiso y en la corresponsabilidad de los laicos en la pastoral de la Iglesia; 3)dar testimonio de pobreza evangélica y desarrollar el
compromiso con las personas y con los colectivos que más están sufriendo la crisis; 4)y evangelizar mediante el testimonio y el anuncio explícito de
Jesucristo.
Que la vivencia del plan trazado nos ayude a dar el verdadero testimonio de Jesucristo y por el el amor de nuestra Adorada protectora María Virgen y Madre.-
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